POEMAS 2010

  Mis notas...


Mis notas tristes, románticas, lejanas,
te recuerdan… te piensan… te invocan…
conectan mis delirios con tus ansias,
tus configuraciones y mis reminiscencias.

Mis notas rompen esos silencios prolongados,
estas vaguedades y aquellas ausencias…
esos incontrolables gritos ahogados
y aquellas intermitentes turbulencias.

Esa intrépida conjugación de melodías dispersas,
caóticas y a la vez colmadas de armonía,
dibujan la imagen interior donde palpito
y una misteriosa conexión con tu presencia.

Me habitas. Te descubro.
Tocamos juntos el universo.
Cada cuerda, cada acorde, cada acuerdo
van tejiendo una canción y un verso.
© Rigoberto Pitti Beitia

Dulce fruta...

 
Dulce fruta de mil colores,
tus ojos reflejan el misterio del cielo
y la intrépida selva.


Tus labios carmesí,
intensos como la lluvia
y abrasadores como el fuego,
me embrujan y embelesan en la distancia.


Tus pechos empinados
son volcanes turbulentos
que huelen a peligro y vida.
 

Tienes un aire de princesa inca,
y la majestuosidad de una doncella azteca,
tu belleza es global como una reina de Arabia
o como Artemisa en el Olimpo.
 

Tu día ilumina el universo.
Eres una de las más bellas constelaciones.


© Rigoberto Pitti Beitia

Musos...



Somos musos recíprocos…
Calíope y Erato... Afrodita y Eros…
Artemisa y Apolo… Romeo y Julieta…
Soy el inspirado y la inspiración…
Tú, la poetiza y la poesía…
Te regalo mis canciones y mis silencios.
Mi voz noctámbula y mis espacios virtuales.

© Rigoberto Pitti Beitia

Y nosotros...

El universo se expande con el tiempo.
Es una ley inexorable…
Pero la luz de las estrellas es más veloz
que la distancia que las separa.
Y nosotros...
brillamos más que las estrellas.

© Rigoberto Pitti Beitia

¿Cómo hiciste?


¿Cómo hiciste para romper el hielo?
Estabas ahí y de pronto lo supe...
La imaginación creció hasta el infinito
… y la vida renació.


© Rigoberto Pitti Beitia

Bebí en tus ojos


Bebí en tus ojos.
traduje todos los códigos antiguos y nuevos;
grabé cada letra, cada signo, cada gesto.
Pero no me atreví a nadar en esta vorágine.
Hasta que te encontré...

Braille o Morse...
lenguaje tántrico o sumerio...
En algún momento, cuando menos lo esperaba,
emergió la luz de tu mirada, 
la suavidad de tu alma,
el calor de tu corazón… 
en mí, conmigo…
y se abrió el cielo.

© Rigoberto Pitti Beitia

Elíxir

Mis besos te buscan en todas partes,
sin cuenta, sin constancia, sin registros,
tan sólo ansiando el ardor de los tuyos,
ese elíxir que me daría más vida...

Mi mirada cómplice te busca en las penumbras,
te llama por tu nombre, por tu apodo o por tu clave,
susurrando frases sin palabras, desnudando tu alma,
haciéndote el amor sin apenas tocarnos.

Mi boca no sólo te habla, te acaricia,
te complace y te explora...
Mi labios no tienen voz,
son la pasión que se desata en tu territorio,
en tus volcanes y en tus vertientes.
Es mi deseo sediento de tus aguas.


© Rigoberto Pitti Beitia

Cosmos Paralelos

 
¿A cuáles cosmos paralelos arribé?...
 
 Si en esos mundos misteriosos me buscabas, me encontraste;
en el preciso instante cuando hacía mis saltos cuánticos.
No hubo distancias que nos separaron,
porque el deseo nos trajo esta feliz coincidencia.

© Rigoberto Pitti Beitia

Me encontraste...


Me encontraste cuando más yo te buscaba.
Tus señales de humo me enseñaron el camino
que conduce a ti, mi fiel apache.
Tenía sospechas, pero también temores
de que las nubes no me transmitieran tu alfabeto.
Sólo bastó una ráfaga de luz
para que el amanecer nos conjugara.


© Rigoberto Pitti Beitia

Mi Viaje...


Mi viaje empieza y termina en ti.
mi musa, mi cielo, 
mi estrella de oriente y occidente,
del norte y del sur...
Soy y seré un navegante 
con deseos de atracar en tu puerto.
Eres mi objetivo, 
mi estrategia y mi visión.

© Rigoberto Pitti Beitia

Tengo más que un día


Tengo más que un día...
la semana entera, las cuatro estaciones,
un jardín completo, con pétalos de rosa,
que recuerdan tu aroma de miel silvestre.
Tengo canciones, versos y poemas
para dedicarte en el estrado de tus noches.

© Rigoberto Pitti Beitia

¿Qué ves cuando miras mis ojos?

¿Qué ves cuando miras mis ojos?
La luz brillante de tus ojos bellos,
el reflejo de tu alma… tu sonrisa.
Tú y yo no somos más que uno.
Esa conjunción del tiempo y del espacio
que se hizo presente.

© Rigoberto Pitti Beitia

La distancia no es ausencia



La distancia no es ausencia...
es presencia limitada,
es una pausa en el contacto o en la caricia,
es un espacio (breve o largo) entre dos universos.

La distancia no es ausencia...
es un silencio imprescindible
es lo que hace una pausa musical,
que da sentido y ritmo a una partitura.

La distancia no es ausencia...
es buscar otros motivos,
trascender de lo lineal
y danzar con la multiplicidad.

La distancia no es ausencia...
es el tiempo que se precisa
para estar con uno mismo
y experimentar el vuelo libre.

© Rigoberto Pitti Beitia

Canción de amor



Canción de amor, rondas mi mente,
Como un fantasma que ayer fue;
Acechas mis ganas y mis delirios
Y aunque no me veas, ni me toques, ni me sientas…
Vivo deseándote en una noche eterna.

Canción de amor, imaginado,
Estás entre mis ansias y mis deseos más grandes,
Siempre amada, jamás olvidada,
Si me buscas, te encontraré primero.

Canción de amor, acompañada de melodías intensas,
Partituras de tu piel entre mis manos,
Sincronía de ritmos ardientes
Cuerpos paralelos y entrecruzados.

Canción de amor, que lamentas las ausencias,
Estás entre mis telarañas y en mis fantasías,
Presa de mis sueños, dueña de mis horas,
Acaba rindiéndote a mis versos.

© Rigoberto Pitti Beitia

Tus labios...




Tus labios me hacen imaginar...
Un océano formado de besos;
besos suaves y al mismo tiempo recios,
besos tibios y también ardientes,
besos que acarician y besos que calcinan,
besos que cubren y a la vez se descubren,
olas inmensas de besos,
besos que salpican como cuando la mar embravecida
arremete contra una roca o un risco,
besos que succionan,
besos que nos hunden y nos elevan,
que nos separan y nos unen en la distancia...

© Rigoberto Pitti Beitia

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