Bebí en tus ojos.
traduje todos los códigos antiguos y nuevos;
grabé cada letra, cada signo, cada gesto.
Pero no me atreví a nadar en esta vorágine.
Hasta que te encontré...
Braille o Morse...
lenguaje tántrico o sumerio...
En algún momento, cuando menos lo esperaba,
emergió la luz de tu mirada,
la suavidad de tu alma,
el calor de tu corazón…
en mí, conmigo…
y se abrió el cielo.
© APOLO