jueves, 13 de septiembre de 2007

Ya están Grabadas en mi Piel Tus Manos



Ya están grabadas en mi piel tus manos...
en mis labios el sabor de tu boca,
en mis manos la tersura de tu pelo,
y en mis entrañas tu pasión vital.

Estás en mi presente, en cada instante,
en cada célula que me permite existir,
no puedo arrancarte de mi vida,
pues sería destrozarme el alma.

© Apolo

Hemos Cruzado una Frontera



Hemos llegado al país de la piel y del beso;
de la sangre galopante y de las manos enlazadas;
hemos pasado del deseo contenido
al disfrute de la miel de los labios;
ese néctar delicioso ahora nos parece insaciable
y al pasar los minutos se nos vuelve una necesidad.

Mientras bajamos, sube el deseo
y al subir de nuevo se eleva aún más el anhelo
de resumir en un beso el universo entero.

Qué historias tan locas nos vamos tejiendo.
Los dedos enlazados y el sutil roce de la piel,
nos van despertando de la rutina.

© Apolo

Más Allá de mis Ojos



Más allá de mis ojos,
está la profundidad de una búsqueda,
la locura de un deseo,
la energía de un corazón
que galopa por estar junto a ti.

Más allá de mis anhelos,
está la tarde que nos invita
a pasearnos de la mano por la playa,
a descubrir juntos el nacimiento de la noche
o el ocaso del mejor día de nuestras vidas.

Más allá de mis sueños,
hay un universo por explorar,
un sentimiento real que no se apaga,
que con los días y las horas
vive un eterno retorno hacia ti.

Más allá de mi vida,
está la vida misma,
que nos llama a experimentarla,
sorbo a sorbo, gota a gota,
como al cruzarme con una mirada tuya.

© Apolo

Cómo Apagar esa Hoguera



¿Cómo apagar esa hoguera que acaba de encenderse?
¿Acaso nace el fuego para ser extinguido?
Si sentimos que quema es porque estamos vivos,
porque a pesar de nuestras cárceles, aún respiramos.

Si el fuego nos derrite, quiero que sea contigo,
que se rompa la rigidez de nuestras máscaras,
que se acrisolen nuestras virtudes
y que el día siga su implacable tictac.

© Apolo

Estas Incoherencias


Perdona estas incoherencias,
pero le di lugar al corazón
ese ser incomprendido e incomprensivo,
que no entiende de razones.
Perdona estas incoherencias,
pero mi corazón está hecho de amor,
para inundar mi ser de la energía vital
que me permite renacer a cada instante.

Perdona estas incoherencias,
Pero, de sólo mirarte a los ojos,
descubro la línea que nos une y nos separa,
y la fuente viva que nos inunda.

Perdona estas incoherencias,
porque al querer disimular
no hago más que poner en evidencia
esas locuras mías.


© Apolo

Te Entrego mi Pecho



Tropezando con estas emociones
He decidido despojarme de ellas
Y enviártelas en cada letra
Y en cada angustia que me mata.

Te entrego mi pecho ilusionado
mis ansias renacidas y mis deseos;
estas cadenas que me impiden levantarme
y estos temores que me paralizan.

Te entrego estos am
ores y estas tristezas
de no encontrarte mientras duermo;
el terrible destino de saber que pronto
dejaré de contemplar tus ojos.


© Apolo

Regálame tus Ojos



Tan sólo quiero de ti esos ojos
profundos como el cielo,
penetrantes como la espada
expresivos más que toda mi vida.

Si pudiera resumir el universo,
me bastaría una ráfaga de tu mirar,
un destello de esa luz inmensa,
una poción de esas estrellas.

Regálame tus ojos y tu vida en ellos.
Un minuto sería una eternidad.
Más que un abrazo furtivo,
sería la fusión de dos en un instante.


© Apolo

Ahora que no Estás en El Ciberespacio



Nada cambiará mi amor por ti,
aunque nada cambie en tu vida y en la mía;
aunque sigamos llegando cada tarde al mismo puerto
y por las noches suspiremos lejanos sobre la misma almohada.

Nos seguiremos amando de esta forma nueva,
distante y distinta,
pero tan intensa como el fuego de un volcán
o la fuerza de un tornado.

Es posible que nos sigamos amando hasta la muerte
sin haber sentido tu piel sobre mi piel;
sin haber gustado el sabor de tus labios,
sin conocer el aroma de tu feminidad;
sin haberte mirado más que las imágenes
que nos compartimos en medio de la pasión.

Es posible que no contemples la muerte de mi prisión física;
pero te conoceré plena en tu resurrección,
cuando no hayan barreras de espacio ni de tiempo
para hacer del amor la única verdad.

Ahora que no estás en el ciberespacio,
siento el vacío de no encontrarte;
la soledad de no mirar en la pantalla tu sonrisa;
la tristeza de no encontrar ni un sonido tuyo.

Tu distancia no es sólo virtual, también es física;
no estás sentada al otro lado de la red,
en tu casa, en tu oficina, donde quieras.
Estás fuera de mi imagen y de mis fantasías;
ausente de mis configuraciones.

Pero sé que me piensas y que has de volver;
Quizás a la misma rutina de encontrarnos,
de hacernos el amor imaginariamente,
de construir nuestras propias fantasías.
Seguir fabricando ese castillo mágico,
ese refugio aislado de las otras vidas.

© Apolo

Amor de mis Amores



Amor de mis amores,
haré con las primeras letras de tus cartas
un poema de amor y de deseos,
donde se conjuguen tus palabras
con la sintonía de mis desvelos.

Mi cielito...
Pequeño y lejano,
azul de un profundo sueño,
pero tan cerca y tan grande,
que no cabes en mi pecho.

Sí que te amo...
Desde que fluyeron las primeras letras,
desde que tu corazón palpitó con un verso,
desde que anduvimos descalzos por la playa
e inventamos un erótico fundir de nuestras vidas.

Te extraño siempre...
Como se extraña la primera ausencia,
como la noche extraña un sueño,
como las estaciones esperan ansiosas
el regreso de las aves migratorias.

Te quiero...
Completa, radiante, energética,
volando sobre las lagunas,
desatada, libre y con tu propio rumbo,
mirándome, pero mirando al frente tuyo.

Aquí estoy...
Para quererte, para desearte,
para olvidar las penas y ahuyentar fantasmas,
para que al volver la noche
me recuerdes mientras sueñas.

Que crees...
Se me pasó el día sin ti,
pero estabas conmigo, muy profunda,
entre mis neuronas y mis átomos
agazapada y a la vez transparente.

Te sentí toda...
Cuando la brisa me acarició,
en el clímax de un orgasmo,
entre los bucles del ciberespacio
y en el más hondo suspiro de mi soledad.


© Apolo

A tus Años



A tus años se vive en presente,
los minutos y las horas no pasan inadvertidos;
los días no se esperan, se toman de la mano
y se convierten en testigos de la experiencia.

A tus años, el tiempo implacable apremia,
Se acaban los plazos, y el mañana no se espera.
Las imágenes turbulentas de la adolescencia
y los deseos de la primera juventud se hacen reales
o se vuelven quejas de lo que no pudo ser.

Hoy es el mejor tiempo.
Ayer ya pasó y mañana no existe.
Hoy no se mide con minutos, ni con horas o días;
es esa perturbación que sientes cuando estoy
o cuando me tienes ausente.

A tus años me encontraste;
A veces cerca, a veces lejano,
Alborotado, entusiasmado y con estas pasiones;
Erótico, neurótico y hasta espiritual,
Asido igual que tú a la realidad.


© Apolo