Si desearte es un pecado,
ya estoy ardiendo en el infierno
de tu sensual belleza.
Ansío besar tus intimidades,
hacerte vibrar con el toque
de mis extremidades;
dibujando castillos en el aire
y hondos suspiros en tu superficie.
Bésame con tus húmedos deseos,
y sigilosamente yo me esconderé
en tu ardiente hoguera.
©
Apolo
¿Y si te escribo un poema
con sólo las alas de la imaginación,
donde nazcan las historias no consumadas
y las palabras emerjan a borbotones
o a cuentagotas?
Decirte por ejemplo, "la tarde está nublada
y yo construyo castillos en el aire,
aposentos para acurrucarnos,
refugios para verter nuestras pasiones".
De mí nacen delirios, anhelos, ansiedades,
deseos inapropiados, incoherencias,
que no puedo arrancar de mi humanidad;
que se cuelan por mis neuronas
hasta alcanzar tu imagen ambicionada.
De ti alcanzo imaginar y recrear
el brillo de tu mirada transparente,
la atracción de tu sonrisa plácida,
la ternura de tus palabras vivas
y el grato esperar de algún instante..
APOLO